Sé obediente, me la pone dura.
Este tipo dom me lo había advertido: lo que le gusta son los tíos súper obedientes y adoradores. En cuanto empecé a chupársela, supe que iba a ser aleccionador. Tenía una voz cálida, era juguetón, me hizo adorar su gran polla magnífica como la mayor maravilla del mundo, me empujó a mirarle directamente a los ojos cuando la tenía en la boca... Luego me hizo oler sus calcetines, lamer y, por supuesto, acabé llevándome una botella de semen XXL por el gaznate.