Si un gay se atreve a decirte que no le gusta tener una polla en la boca, ¡es un mentiroso! A todos nos gusta, reconozcámoslo. Tragar una buena polla es la vida. Y por eso este fin de semana me encontré de nuevo con un chico y nos la chupamos mutuamente durante horas. Disfruté mucho. Pero cuando salí de su casa todavía tenía hambre. Así que fui a vaciarle las pelotas a un tío en un sótano.